Mamá en apuros

miércoles, 23 de octubre de 2013

Dicen que nos volvemos más despistadas cuando nos hacemos madres, más bien pienso que hacemos tantas cosas a la vez, que en algún momento tenemos que fallar en algo.

En la mayoría de los artículos de revistas de embarazo, de padres, bebés y similares, nos describen una maternidad idílica, en la que una mamá estupenda es capaz ¡de hacer de todo! dar el pecho a su hijo, darle sus masajes, jugar y desarrollar con él su psicomotricidad, cantarle, leerle en voz alta, seguir el ritual de relajación antes de dormirle, y todo, dicho sea de paso, con un aspecto envidiable, porque también le da tiempo a ponerse la crema reafirmante de pecho y del abdomen, a hacer abdominales para recuperar la firmeza del vientre y le da tiempo a maquillarse y a peinarse con algo más que una simple coleta. Y me estoy refiriendo a las mamás con un solo hijo, porque desconozco la vida de una mamá con más de uno...

Pues bien, lo cierto es que ¡lo hacemos todo! aunque cuando una se mire al espejo no vea el esplendor de las madres de portada. Pero ahí estás, día a día, criando a tu niño, en muchas ocasiones trabajando fuera de casa y claro, a veces pasa lo que tiene que pasar, que mamá en un segundo pasa a ser mamá en apuros.

Esto es lo que me ha sucedido esta tarde.

-14:40 horas, todo bajo control, preparada para ir al trabajo, hoy he conseguido acortar tiempos para ir más relajada a la guardería y comentar unas cosillas con las cuidadoras antes de dejar a mi hijo. Entro a trabajar a las 15:30 horas y la guardería está de camino al trabajo.
-14:45 horas. Una es coqueta y se retoca un poco en el baño. Mi hijo, ya colocadito en la silla de paseo empieza a impacientarse...empieza a llorar...empieza a gritar...empieza a patalear. Todo se precipita. Termino rauda de arreglarme, me pongo el abrigo, me calzo las botas porque hoy llueve, cojo el maletín, cojo el portátil, el bolso, las llaves del coche, la merienda del niño, empujo la sillita hacia el rellano y cierro la puerta. Entonces me doy cuenta... me he dejado las llaves de casa dentro.Sin esas llaves no hay forma de bajar al garaje.
-14:50 horas. Llamo a cada uno de los vecinos de mi portal para que con su llave me marquen el botón del ascensor del garaje. Ninguno está en casa. Miro el bolso y busco para llamar al portero de la finca, me he dejado el móvil en casa.
-14:55 horas. Salgo a la calle, con el carrito, el maletín, el portátil, el bolso, la merienda del niño y el paraguas (porque está lloviendo a cántaros), antes he tenido que poner la burbuja del carrito, y me dirijo a la puerta del garaje con la esperanza de que alguien entre o salga.No hay suerte.
-15:00 horas. Decido intentarlo con el otro portal (compartimos garaje) y toco al telefonillo del primero, a puerta fría. ¡Bingo! consigo que una amable vecina me baje hasta la primera planta del garaje.Mi coche está en la segunda, así que, como llevo carrito, y por las escaleras es un rollo, bajo por la rampa y consigo, por fin, llegar al coche.Cargo maxicosi y meto carrito en el maletero junto con todo lo demás.
-15:10 horas. Salgo de casa. Justo delante, una hormigonera.
-15:17 horas. Llego a la guardería. Descargo maxicosi y carrito, porque luego lo va a buscar su padre. Explico todo lo que quería comentar rápidamente, remitiéndome a las instrucciones que, precavidamente había escrito en una hoja por si había muchos papás y no me daba tiempo.
-15:23 horas. Vuelvo al coche para ir al trabajo. Me encuentro un camión en doble fila.
-15:26 horas. Vuelo al trabajo.

Y he llegado, eso si...a las 15:32 horas.



Valentina 


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