Ser mamá significa el antes y el después. Desde el mismo momento en el que se marca la rayita nada será igual, ya no estás sola, nunca estarás sola y esa percepción de ser individual dejará de existir para siempre. Ahora todo lo organizas, todo lo decides, todo lo disfrutas pensando en ellos, todo lo que les hace reír, te hace feliz a ti, todo lo que les duele, te duele todavía más a ti.
Nos convertimos en una versión mejorada de nosotras mismas, a pesar de que las inseguridades, las noches en vela, el mal humor, la falta de tiempo o esa coleta de la que parece imposible desprenderse puedan hacerte pensar lo contrario.
Hace tres años me estrené como madre y en estos meses he tenido la oportunidad de probarme y conocer hasta dónde realmente pueden llegar mis capacidades. "Mi yo mamá" me ha enseñado a quererme mucho más, porque resulta imposible no quererse cuando significas tantísimo para ellos :)
Estoy a gusto con mi cuerpo y me acepto tal y como soy. No vamos a decir que antes de ser madre estuviera obsesionada con mi físico, pero hay ciertas cosas que ahora paso por alto que hace unos años jamás hubiera permitido, y resulta curioso porque antes era más joven y no tenía esta barriguita. Pero ¿y qué? ya no me importa...no sé si porque apenas tengo tiempo de mirarme al espejo y escudriñar cada milímetro de mi cuerpo, o porque verdaderamente me da absolutamente igual; esta tripita no la tendría si no hubiera tenido a mis hijos, es natural.
En cambio si valoro mi cuerpo (con palabras de mi amiga Laura) en función de su "utilidad", y estoy orgullosa de él porque me ha permitido gestar y dar a luz a dos vidas nuevas, dos niños a los que puedo abrazar, besar, cantar y acunar, con los que he vuelto a ver por primera vez el mar y a ponerme perdida de chocolate, con los que me tumbo en el suelo a jugar y con los que me río, me río mucho.
Así que, quitados los complejos, me permito más de una licencia más a menudo de lo que debiera.
Ser madre me ha hecho tener los sentimientos a flor de piel, "Mi yo mamá" es una marea de sensaciones, de ideas sin forma, de palabras y pensamientos que me queman en el pecho. Son las ganas irrefrenables de explicar aquello para lo que no tengo palabras, la mezcla explosiva de lo que necesito expresar para que no me ahogue por dentro: son mis estados de ánimo, mis miedos, la nostalgia de mi misma, el cansancio, la euforia, el desaliento, el amor, la ternura más absoluta... la rabia contenida porque todo sigue sin ti...Y porque necesito canalizar todo esto, necesito mi espacio, mi tiempo y este blog. Quererme más a mi misma ha supuesto saber buscar y encontrar tiempo para hacer algo que me gusta y desarrollar lo que durante muchos años ha estado apagado por "tener otras cosas que hacer".
Os dejo esta foto, una de mis favoritas, el camino largo recorriéndolo libre.
Así que os animo a ser un poquito egoístas y a que creéis vuestro rinconcito personal, en casa, en un lugar que os guste, o en vuestro interior. Vuestro refugio, al que podáis acudir al menos unos minutos todos los días.
¿Y a vosotras? ¿En qué o cómo os ha cambiado la maternidad?
Valentina ♥
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Bonita foto, me gusta oír hablar de las cosas bonitas de la maternidad, que si bien es difícil verlas cuando vas con prisas o en modo zombie, deberíamos pararnos mas a saborearlas. Un abrazo preciosa!
ResponderEliminarHola Conchi!! Pues después de escribir el post caí en un agujero negro de fiebre y catarros que han vuelto a tensar las cuerdas con mi relación con la maternidad...jajaja!!! Ay! Cómo nos pone a prueba,verdad?
EliminarPreciosa reflezión. ¡¡¡Qué te voy a contar yo de cómo me ha cambiado la maternidad!!! Los kilos que llevo de más, las noches sin dormir, las canas que han poblado mi cabello, el dolor de espalda, las tetas caídas, la falta de tiempo, el abandono de la lectura, del cine, el sexo y tantan y tantas cosas, pero te aseguro que ni una sola la echo de menos cuando miro a mis hijas, esas por las que tanto he luchado y que día a día veo crecer,convertirse en personitas preciosas con un montón de imperfecciones pero adorables. Cualquier cosa soporto a cambio de su felicidad. Si una cosa me ha dado la maternidad ha sido el poder entender lo que es el amor verdadero y me ha hecho amar más a mi madre porque ahora sé cómo se siente ella.
ResponderEliminarSe puede decir más alto....pero no más claro. Nadie dijo que fuera fácil, pero es ese amor el único capaz de mover montañas.Es instinto, naturaleza, fuerza, lo llevamos grabado en nuestros genes.El motor de la vida y de nuestra especie.
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