Cómo puede complicarse una salida con un bebé

miércoles, 3 de junio de 2015

La semana pasada me escapé a Madrid. Normalmente cuando voy es con toda la tropa, pero estoy hablando de escaparme, es decir, irme yo sola, o lo que es lo mismo, yo con el Peque Menudo que todavía es demasiado dependiente de mí como para que pueda considerarlo como un ente ajeno a mi persona. No lo hacía desde mi paseo por Madrid antes del nacimiento de Jorge.

Ese día vi el cielo abierto, como tenía que ir al dermatólogo, me organicé para irme por la mañana y regalarme un paseo para mí, o por lo menos dedicarme esos ratos de tranquilidad entre cambio de pañales, tomas, grititos y protestas (ya me entendéis) callejeando por Madrid. Con eso de que me llevaba sólo a uno y encima el segundo, estaba segura de que el cartelito de mamá nobel me sobraba, y puede que sea cierto, pero ese día sirvió para bajarme mis humitos de mamá senior y recordarme que ser mamá siempre será ser mamá, con todo lo que eso implica. Me lo tomo con humor y por eso he decidido compartirlo con vosotras :)





He aprendido que con niños por el medio es mejor no ambicionar demasiado, así que me propuse objetivos reales y consecuentes:

1. Comprarme algo mono. Porque yo lo valgo.
2. Comer algo rápido para aprovechar el tiempo.
3. Tomarme un café en alguna de las múltiples cafeterías tan estupendas que salpican la capital y darme un homenaje con un trocito de tarta en un entorno "cuqui", que yo con eso soy tan feliz. Fijaros que he dicho "alguna", no me puse exquisita para no complicar el objetivo, que si hubiera podido elegir, me hubiera puesto de meta el delicioso carrot cake de Living in London...pero imposibles no por favor, focalización y más en Madrid).

Tiempo estimado para cumplir objetivos: 5 estupendas horas. Llegando a Madrid a las 11:00 am hasta el momento dermatólogo a las 16:00 pm. ¡Planazo!

Ser mamá implica ser flexible y resulta conveniente evitar el estrés si no quieres hacer ¡boom! Lo demostré cuando esa mañana parecía imposible salir de casa, llegar a la guardería y poner rumbo a mi destino. Era como estar inmersa en ese sueño en el que intentas correr pero no te mueves. Nachete no estaba colaborador, así lo demostró con su popó antes de salir de casa. No voy a negar que tentada estuve de hacerme la loca y regalarles el pastelito a las chicas de la guarde, después de pelear con el desayuno, vestirle por partes y preparar al pequeño con todo el bolsón para ese día.

En el segundo intento, bajé al garaje tan deprisa que me asaltó esa duda tan molesta que suele fastidiarme cuando más prisa tengo: ¿Habré cerrado la puerta con llave? Así que ooooootra vez carrito, Peque Menudo, bolsa y Nachete al ascensor. Tocamos chufa, comprobé que la puerta, obviamente, estaba cerrada y volvimos a bajar.

Ya de camino, pisando el embrague en el primer semáforo caí en la cuenta de que me había puesto unos zapatos no muy cómodos para caminar durante cinco horas...Titubeé...pero terminé sacrificando mis pies por llegar a una hora medianamente decente.

Llegada a Madrid a las 12:00. No pasa nada, relax, seguimos en tiempo. Hora estimada para la toma del Peque Menudo 14:00 pm, además sigue dormido anestesiado por los efectos del trayecto. ¡Bien!

Con felicidad absoluta encaré una de las calles del Barrio de Salamanca dispuesta a disfrutar el momento. Me crecí y decidí aprovechar para meter tripita y trabajar un poco los abdominales. Rodaba con mi carrito, tranquila, relajada, liviana y un gruñidito me golpeó de bruces contra el suelo. El Peque Menudo acababa de hacer popó. Genial ¿y ahora qué? ¿un baño con cambiador por favor? Ante mis ojos un centro de salud, así que decliné alternativas de parque y banco y encontré mi baño con cambiador. Pequeño contratiempo salvado, pero el Peque Menudo ya estaba despierto, y después de una hora de siesta iba a ser poco probable que se volviera a dormir.

A las 13:00 pm la marcha empezó en el probador de la primera tienda de ropa en la que las dependientas no me miraban incómodas de reojo por llevar carro, en la que podía maniobrar adecuadamente y en la que tenía espacio suficiente en el probador. Peque Menudo despierto y la hora de la comida cerca... Los gruñidillos eran cada vez más persistentes, mientras volvía a vestirme apresuradamente empecé a cantar "un barquito de cáscara de nuez" así, no se puede. Abandoné primer objetivo.

Decidí parar en Le Pain Quotidien de Serrano, sitio para comer, dar la toma y con cambiador y baño lo suficientemente amplio. La comida se alargó más de lo que hubiera deseado, no fue un snak rápido mientras rodaba, pero relax de nuevo, aproveché a comer mi ensalada favorita (dejando hueco a la supertarta de después) y una vez ya comidos y cambiados volví a la tienda. Y si, encontré lo que quería, eso si, tampoco pude mirar mucho más en las tiendas de los alrededores. Objetivo 1 alcanzado y Objetivo 2 satisfactorio.


¡¡¡¡¡Bien!!!!!!


15:00 pm. Rumbo al dermatólogo el tercer objetivo se complicó. Por los alrededores no había cafetería mona. Sólo atisbé un cartel de Starbucks. Ok, un caramel machiato cubriría mis expectativas. Quedaba poco tiempo y aceleré el ritmo, justo cuando estaba llegando me crucé con la típica chica sana que te sueles encontrar por la calle comiéndose una manzana, recordándome que tengo una tripita postparto que trabajar...desde la calle del principio ya no había vuelto a meter tripa... ¡Buf! mal rollo, pero estaba cegada con mi caramel macchiato. Por fin llegué, apurando los últimos minutos ¿y qué encontré?



El único Starbucks que parece un templo azteca. No había tiempo ni ganas de complicaciones, además la chica de la manzana seguía rondándome por la cabeza, así que abandoné. Tercer objetivo no alcanzado. Para colmo, me llama la persona responsable de ir a buscar a Nachete a la guardería, preguntándome dónde estaba su silla...noooo, me sentí malamadre total, se me había olvidado dejarla allí...

Llegué al dermatólogo en punto y vuelta a Guada que nos esperaba Nachete y yo ya estaba agobiada.

Recapitulando, objetivos cumplidos: Dos sobre tres. ¡No está nada mal! Bueno, el tercero lo cumplí en casita, con un descafeinado de mi nespresso y una nube de cacao, en cuanto a la tarta, ese día no me engordó ;)

Satisfecha porque durante unas horas desconecté de la rutina, a pesar de las pequeñas contrariedades.

Y os habíais olvidado de mis zapatos, verdad?pues os aseguro que mis pies se han estado acordando de ellos durante toda la semana...


Valentina 

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2 comentarios:

  1. Bueno, Valentina, esto me suena!!! Lo de la caca antes de salir cuando tienes prisa NO FALLA!!!!!!!!!!!!!!!!!! Soy igual con lo de la llave... o me habré dejado la cafetera encendida? Jaja! Un abrazo!

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  2. Jaja!! O habré desenchufado la plancha??? Un beso!

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