Una actividad con caballos. Mi pequeño pony.

martes, 23 de junio de 2015

De todas es sobradamente conocida la adoración de los niños por los animales. La primera palabra de Nachete no fue papá (ni mucho menos mamá) fue "pato". Se pasaba el día repitiéndola, ésa y sus variables como "papato" para nombrar los zapatos, elementos cotidianos que también le llamaban la atención sobremanera. Ni que decir tiene que cuando veía un pato se le llenaba la boca de satisfacción gritando detrás de él ¡"patooooooo", "patoooooo"! alargando la "o" hasta el infinito. En realidad para él un "pato" era todo lo que tuviera pico y patas: gorriones, palomas, cisnes, pavos, gallinas, águilas, búhos, gavilanes, el pollo Pepe... De esto hace ya un año...y en los niños un año ¡es como si fuera una década! Ahora le encanta reproducir los sonidos de todos los animales de la granja y de la selva entera, pero hay uno por el que siente verdadera pasión: el "paballo".




Para que nos vamos a engañar, mi Nachete valiente, valiente no es. Le gusta que los animales no invadan su espacio de seguridad, es decir, varios metros. Se asusta si pongo una moneda en los caballos de euro y sin embargo me sorprendió que se quisiera montar en un pony de verdad y encima dar una vuelta. Aluciné de ver cómo se agarraba a las crines y empezaba a "cabalgar", sin ni siquiera pedirme la mano, todo independiente él. Ese día se fraguó una bonita amistad que apenas duró un fin de semana, ya que los "paballos" marcharon, desvanenciendo ese delirio de simbiosis equina.  Desde entonces siempre que pasamos por la plaza me pregunta por ellos. 

Así que el Papá Menudo y la que suscribe decidimos darle una sorpresa y llevarle de visita "a la casa de los paballos". Busqué en internet "Caballos Guadalajara" y encontré un centro de hípica, perfecto, caballos para aburrir, jajajaja. Fue una experiencia muy bonita, Nachete alucinó y ya se ha animado a dar varios paseos en su pony "Chocolate". Allí puede acariciarlo, cepillarlo o lavarlo, no sé si esta afición le durará mucho tiempo o pasará a mejor vida como su querido "pato", pero me encanta disfrutar de ese vínculo tan especial de Nachete con su "paballo". He leído que los caballos ejercen una influencia muy positiva en los niños, algo hay, para que Nachete se acerque a ellos sin ningún tipo de miedo.

Por eso recomiendo que si tenéis posibilidad en vuestra ciudad, disfrutéis un rato en compañía de estos animales porque es una experiencia muy bonita y especial para ellos.










Valentina 

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