Hace dos semanas compartía con vosotras la fiesta de tercer cumpleaños de Nachete. Mi bebé, que ha dejado de ser bebé, para convertirse en niño, mi incógnita maravillosa.
Intento esforzarme, pero me cuesta recordar tu carita de bebé, tu cuerpo todavía encogido y amoldado a mi cuerpo. Ya no recuerdo tus movimientos desacompasados de aquel tiempo en el que descubrías tus manitas y tus pies... todo ha sucedido demasiado deprisa. Hace apenas un año que me enseñaste el timbre de tu voz, y hoy hablas, hablas y hablas, me planteas preguntas y razonas con tu lógica aplastante, esa que tu madre dejó de utilizar hace demasiado. Me parece increíble que sólo lleves tres años conmigo, estás agarrado tan agarrado a mis entrañas, a mi esencia... es imposible quererte más alto, al final siempre sacas lo mejor de mí.
Tú eres el punto y aparte que cierra un capítulo de mi historia, una brecha que divide mi vida en un antes y un después. Antes era yo, ahora somos nosotros.
Qué diferente resulta la percepción del tiempo a tu lado, has dinamitado la rutina y el movimiento cíclico y ordenado de mi madurez, has puesto patas arriba la duración de los minutos y las horas, el sentido de los meses y el orden del día y de la noche.
Has exprimido el tiempo y hoy eres mi bebé, que ha dejado de ser bebé, para convertirse en niño.
Valentina ♥
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Que bonito lo has dicho!. Besos a los dos
ResponderEliminarMuchas gracias! Me alegra mucho que te guste!!! Un beso
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