El otro día tuve la oportunidad de acudir con mis alumnos a una charla sobre coaching profesional. Resultó ser una ponencia excepcional, de esas que te dejan con el "run-run" rondando por la cabeza. Se trató lo que es el talento, el miedo al cambio y los límites que muchas veces nos ponemos a nosotras mismas. Se habló de la necesidad de conocer nuestras capacidades y nuestras competencias.
Lo cierto es que me gustó tanto, que me he quedado con ganas de más, así que seguiré investigando para saber en qué consiste esto del coaching y todo lo que me puede aportar. Si con ya sólo dos horas, han conseguido hacerme "click" qué serán capaces de hacer en un entrenamiento personal.
Una de las actividades que nos propusieron fue dirigirnos a nuestro "yo niña" y pensar qué le diríamos si pudiéramos hablar con ella. Un ejercicio para reflexionar y encontrar en el pasado las llaves para cambiar nuestro futuro. Indagar en nuestro interior, reconocer y cambiar.
Entonces me imaginé frente a mí, una luminosa tarde de verano y de mucho calor. Dibujando para ilustrar los cuentos e historias que me gustaba escribir, tendría unos doce años recién cumplidos.
Me diría muchas cosas, muchísimas, supongo que conocer algunas de las experiencias que he tenido que vivir hubieran condicionado inevitablemente mis decisiones, lo que no tengo tan claro es si mi "yo niña" hubiera llegado a entender mis palabras. Quizá, incluso habría optado por no decirle nada.
Me diría muchas cosas, muchísimas, supongo que conocer algunas de las experiencias que he tenido que vivir hubieran condicionado inevitablemente mis decisiones, lo que no tengo tan claro es si mi "yo niña" hubiera llegado a entender mis palabras. Quizá, incluso habría optado por no decirle nada.
Es difícil explicar a una niña que el tiempo pasa efímero, cuando en sus largas tardes de verano las horas parecen detenerse. Es difícil explicarle que el futuro no se espera, porque es el presente lo que existe y lo que te hará llegar al mañana que quieres. Es difícil que entienda que no tiene que tener prisa por crecer, porque con la madurez ganará muchas cosas...pero por el camino habrá perdido otras.
Llevo varios días pensando sobre esto... qué me diría...qué le diría a mis hijos...
-Juega, no dejes de jugar nunca, diviértete con tu hermano y dale un beso a tu padre y a tu madre.
-Eres única, eres diferente. Quiérete siempre mucho.
-No pierdas el tiempo con enfados absurdos.
-Rodéate de las personas que te hagan feliz.
-Ten seguridad en ti misma, eres capaz de alcanzar grandes éxitos.
-Busca aquello que te haga disfrutar y te haga sentir especial. Lo reconocerás fácilmente.
-Y cuando mires hacia atrás, hazlo para saber de dónde vienes, quien eres y hacia dónde quieres ir :)
Valentina ♥
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