Relax

viernes, 28 de febrero de 2014

¡Qué ganas de que llegue el fin de semana! Quién me iba a decir el lunes por la tarde en Zaragoza, camino del pediatra con el coche cargado (porque después nos volvíamos a Guadalajara) que esa noche no llegaríamos... ni tampoco al día siguiente.

Han sido días de preocupación, cansancio y mucha pena. La Naturaleza debería prohibir las enfermedades en los niños, porque no hay nada que resulte más antinatural que ensombrecer la vida que comienza.  Y no lo digo por Nachete, que él afortunadamente está bien, sino por muchos niños y bebés que lo pasan realmente mal. Y es que aunque en nuestra burbuja intentemos construir un mundo perfecto, este mundo no lo es, y aunque escondamos debajo de la alfombra muchas de sus miserias, seguirán ahí, a pesar de que nuestros ojos no las vean. 

Pero esta noche, en la que necesito relajarme un poquito, quiero construir con este post mi propia burbuja en la que recogerme y hacerme un ovillo. 

Volviendo a la tarde del lunes (a ese momento en el que íbamos los tres con el coche cargado dirección al pediatra) al pasar junto a la heladería a la que solía acudir en mi época de estudiante, comenté la posibilidad de tomarnos un helado después de la consulta. Mi pareja se rió, ambos sabíamos que no tendríamos tiempo, porque queríamos salir lo antes posible hacia Guadalajara. Pero el simple hecho de expresar en alto esa ilusión momentánea, de imaginarme allí, tomándonos un helado juntos, me bastó. ¡Qué tontería! ¿no?. Por la noche me acordaba de ese helado ficticio, hacía unas horas verdaderamente nada nos hubiera impedido tomárnoslo.

Así que, en este ratito antes de dormir, en el que dispongo de un tiempo precioso para hacer lo que me de la gana, voy a perderme en aquello que más me relaja y en los pequeños placeres que me hacen feliz y que también pertenecen a este mundo no perfecto. Espero que en este viaje vosotr@s también encontréis un poco de relax para esta vida loca que a veces llevamos.

Las caricias antes de dormir.


Una tarde de lluvia a través de la ventana.


El desayuno de los domingos.


Ver arder la leña en el fuego.


Algunos de mis rincones favoritos:



Mi viaje soñado.


Un lugar que me sigue inspirando.

                                                                                                                     André Pipa

Una imagen que me transmite paz.




¡Feliz viernes!



Valentina.

2 comentarios:

  1. Los niños absorben mucho tiempo, tanto enfermos como no, pero claro cuando están malitossss, pobrecitos.
    Que bien viene desconectar y descansar, aunque sea unos instantes, la idea de tomar un helado, cualquier pequeño detalle es genial.

    besitos

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  2. Ya te digo...al mío, que es chiquitín, le dedico todo mi tiempo cuando estoy con él, por eso intento exprimir al máximo los ratitos que tengo libres ¡La de cosas que se pueden llegar a hacer en un día!

    Aunque el helado quedó pendiente, me he relajado mucho escribiendo este post y haciendo lo que más me gusta.

    Gracias por leerme!

    Besos

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