Este fin de semana me he puesto en serio a organizar las cositas de mi "peque menudo". He sacado del armario la ropita que hace unos meses vestía a Nachete, lo cierto es que no he tenido que buscar mucho, la había dejado a mano, preparadita en el altillo por si su hermano llegaba pronto. Volver a ver los bodies de primera puesta, sus primeros pijamas, las mini polainas...y sentir la ilusión con la que fui preparando toda su canastilla durante los últimos meses de embarazo, me han hecho recordar los primeros días con Nachete en casa y como de la noche a la mañana Valentina se convirtió en mamá. Una transformación, una eclosión interna (para ser más exactos) de la que ni siquiera fui consiente hasta que ya habían pasado los primeros meses.
Así que me he decidido a escribir este post, reflexión sobre una de las etapas más complicadas que ha de pasar una madre: el postparto. Un periodo de cambio, adaptación y aceptación.
Dedicado a las futuras mamás y a todas aquellas que ya lo han vivido y superado.
Ya lo decía mi matrona, "lo describo muy negro para que luego no lo veáis tan horrible" y tenía razón ;)
Durante el embarazo no presté demasiada atención a toda la información que llegaba a mis manos sobre el postparto. Para mí era eso "post-parto", es decir, "después del parto", habiendo superado un parto nada podía ser más complicado. Leí sobre lo básico, la lactancia materna, los cuidados esenciales en el puerperio, pero no me quitaba especialmente el sueño.
Sin embargo el parto (mejor o peor) pasa y llega el ansiado momento en el que cruzas por primera vez el umbral de tu casa con tu hij@ en brazos. Entonces la puerta se cierra ¿ y ahora qué?
Una responsabilidad infinita se cierne sobre tus hombros, tú desapareces, el mundo entero desaparece y comienzas a aprender a ser mamá.
Una de las principales dificultades con las que me encontré es que la falta de experiencia, te exige mayor atención y mayor desgaste físico, cuando tú mental y físicamente estás muy cansada. Has llegado al final de un embarazo, has dado a luz y tu cuerpo necesitará bastante tiempo para recuperarse. Pero de eso no entiende un bebé que sólo se rige por las necesidades más primarias y que necesita de tu ayuda para poder satisfacer. Sus necesidades ahora están por encima de tus necesidades, es así. Por eso os recomiendo que aceptéis ayuda, porque si no eres tú, alguien tiene que ocuparse de lo que tú necesitas. Aquí el papá de la criatura es fundamental, pero también aquellos familiares con los que tengáis la suficiente confianza. Que te preparen tuppers con comida, te pongan al día la colada, te permitan darte una ducha tranquilamente o echarte una siesta, hará que recargues las pilas y lleves el cansancio, el sueño y el agobio propios de los primeros días mucho mejor. No intentes llegar a todo, más que nada porque no vas a ser capaz, y esto te puede llegar a frustrar. No intentes ser una "super mamá". Con ser mamá es más que suficiente.
Esto me lleva directamente al tema de los familiares y amigos. Sobre todo con el primero, la familia se vuelca, a veces en exceso. Además como eres mamá primeriza todo el mundo se cree con el derecho de darte consejos, analizar tus comportamientos y corregirte si no están de acuerdo (fijaros, hasta yo me he atribuido esta licencia... es así, madre primeriza carne de cañón para ser masacrada a consejos). Aquí hay que ser fuerte, defender tu intimidad, tus ideas e incluso el derecho a equivocarte por ti misma, eso si, con mano izquierda y un poquito de asertividad. Si, lo sé, durante este tiempo el bajón hormonal puede soltarte un poco más la lengua, me hago cargo. Pero lo que tengo claro, clarísimo, es que si haces algo con lo que no comulgas especialmente sólo porque te lo imponen los demás y luego el resultado no es el que esperabas te vas a sentir mucho peor que si el error ha sido exclusivamente tuyo.Sigue tu instinto y aprende a escuchar a tu bebé. Se tiende a generalizar, cuando cada niñ@ es un mundo.
Por aquella época dejé de quedar con ciertas mamás con las que lejos de pasar un rato distendido, me sentía observada y juzgada. Alejaros de las influencias negativas y huid de las "super mamás", pueden haceros mucho daño y crearos inseguridades, o lo que es peor, falta de confianza en vosotras mismas.
Una de mis mayores "torturas" durante el postparto fue la lactancia. No tenía suficiente leche ( me harté de leer en millones y millones de artículos que esto no es posible, que todas podemos generar la leche de acuerdo con las necesidades de nuestro bebé) pues o no supe cómo, o fui un fenómeno de la naturaleza (como otras muchas) pero el tema es que la pediatra me aconsejó complemetar la alimentación con leche de fórmula. ¡Madre mía! leche de fórmula, después de leer tanto sobre la lactancia materna me parecía una aberración. Es tanta la presión que se ejerce sobre las madres, unida a un momento tan delicado, que ahora alucino cómo podía sentirme avergonzada por ir a comprar leche de fórmula 1 (para la que está terminantemente prohibida la publicidad). Me acuerdo perfectamente de esa tarde, le pregunté a la farmacéutica por la mejor leche de fórmula, ella me contestó que todas eran parecidas, que la mejor era la leche materna. Yo le volví a insistir y ella seguía en sus trece "ninguna como la leche materna", entonces otra "super mamá" sabelotodo se creyó con la licencia de intervenir en nuestra conversación "dí que sí, eso es lo mejor que le podrías haber dicho". En ese momento tendría que haberle contestado con cuatro palabras bien dichas, pero me sentía tan mal conmigo misma que me callé, elegí la leche que me pareció, pagué y me marché. Al salir de la farmacia miré la cara de mi niño y me eché a llorar, me sentía incapaz de darle lo mejor. En serio, es fundamental que existan campañas de información sobre este tema, pero una vez que ya ha llegado, considero excesivo el ataque directo o indirecto a aquellas madres que o no pueden o no han optado por la lactancia materna.
La figura del papá. No os olvidéis de que el bebé también tiene un padre, y a la palabra padre hay que darle un uso. Muchas parejas rompen durante los primeros meses de vida de sus hij@s. Eso de que un hijo une...para nada estoy de acuerdo. Tener un hijo es la mayor prueba para una pareja (mucho más que bajar el río Sella, jajaja). Digamos que durante unos meses la pareja como tal se hace invisible. Tu compañero deja de ser el amante, el amigo, el confidente, para convertirse en tu salvavidas más preciado, con quien compartir y sobrellevar mejor la responsabilidad, es decir, se convierte en papá. El problema llega cuando conoces su faceta como padre y no es como tú esperabas o cuando además de no ayudar, requiere atenciones extras por unos celos bastante inoportunos. Yo en eso me siento muy afortunada, porque el "papá menudo" superó con creces mis expectativas, pero precisamente esto me hace ver más las razones que durante el postparto pueden llevar a una pareja a separarse.
Si me lo permitís, un último consejillo. No os sintáis culpables si en algún momento ansiáis estar solas, si os gustaría que su siesta se estirara un poco más, si os marcháis a dar una vuelta y no le echáis de menos, si tenéis ganas de ir a trabajar para desconectar y "descansar", si no sentís que ha llenado vuestra vida por completo. El entorno nos exige a las madres ser seres totalmente entregados al hij@ nacido de nuestro vientre, con el que debemos tener un vínculo de amor casi divino desde el mismo momento de su nacimiento y con el que sentirnos totalmente realizadas. Yo no discuto que muchas mamis se vean realizadas con el nacimiento y crianza de sus hijos, pero no es mi caso, y no creo que sea la única. Yo siempre digo que ser mamá me ha "completado", y no sólo en el ámbito afectivo, sino en todos los aspectos de mi vida; pero sigo alimentando los sueños, aspiraciones, metas e ilusiones que conservo de mi vida pre-Nachete. Reservaros un tiempo para vosotras. Es fundamental que conservéis vuestro espacio, vuestra esencia, vuestra identidad, que no os olvidéis quienes sois, porque sois todo eso y además...mamás.
A esta última necesidad, debo la existencia de este blog que hoy leéis y que junto con mi trabajo, me hace realmente feliz.
Un beso,
Valentina ♥
Si me lo permitís, un último consejillo. No os sintáis culpables si en algún momento ansiáis estar solas, si os gustaría que su siesta se estirara un poco más, si os marcháis a dar una vuelta y no le echáis de menos, si tenéis ganas de ir a trabajar para desconectar y "descansar", si no sentís que ha llenado vuestra vida por completo. El entorno nos exige a las madres ser seres totalmente entregados al hij@ nacido de nuestro vientre, con el que debemos tener un vínculo de amor casi divino desde el mismo momento de su nacimiento y con el que sentirnos totalmente realizadas. Yo no discuto que muchas mamis se vean realizadas con el nacimiento y crianza de sus hijos, pero no es mi caso, y no creo que sea la única. Yo siempre digo que ser mamá me ha "completado", y no sólo en el ámbito afectivo, sino en todos los aspectos de mi vida; pero sigo alimentando los sueños, aspiraciones, metas e ilusiones que conservo de mi vida pre-Nachete. Reservaros un tiempo para vosotras. Es fundamental que conservéis vuestro espacio, vuestra esencia, vuestra identidad, que no os olvidéis quienes sois, porque sois todo eso y además...mamás.
A esta última necesidad, debo la existencia de este blog que hoy leéis y que junto con mi trabajo, me hace realmente feliz.
Un beso,
Valentina ♥
La intuición de madre pasa a un lugar importante, es bueno dejarla oir y hacerle caso, aunque solo sea de vez en cuando.
ResponderEliminarEso desde luego, una madre es quien al final mejor conoce a su hijo.
EliminarMe ha gustado mucho tu entrada.... Me identifico mucho con lo que has contado. Yo he sido siempre una mujer muy enérgica que llegaba a todo. Después de dar a luz tuve una depresión post parto por que mi cuerpo no podía seguir el mismo ritmo de antes y supongo que también por el cambio hormonal y la presión de familiares ( añadiendo que mi pequeño fue un bebe de alta demanda). He de confesar que volver a trabajar y recuperar mi vida anterior me saco de la depresión y hoy vuelvo a ser la de antes aunque con menos tiempo del que me gustaría. Esto me ha hecho aprender muchas cosas y tengo mas armas con las que luchar. Tengo claro que si tengo otro bebe no me volverá a pasar y disfrutaré mucho mas del momento. Para las mamas que estén pasando por esos momentos mucho ánimo por que todo pasa y se sale con mas fuerza todavía.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Es muy difícil acostumbrarse a la nueva situación de no disponer de todo el tiempo que se quiere y tener tanta responsabilidad. Es una época complicada y muchas veces el entorno no ayuda, sino que lo empeora más, eso unido a que queremos ser perfectas para nuestro niño...Me alegro mucho de que te haya gustado el post y de que te identifiques con mi experiencia, esa era la intención. Seguro que si tienes otro bebé todo será diferente, la experiencia es un grado, en fin ya te lo contaré en un par de meses...jajaja!!!Gracias por leerme.
EliminarMe identifico mucho con tus palabras, yo pienso que no hay nada como la seguridad en una misma y el sentido común, pero entiendo que a las personas menos fuertes acaben haciéndolas inseguras los de su entorno, por eso digo que no hay nada como creer en una misma. Para mi el postparto fue la época más bonita y cuando más disfrute (salvando el caos del pecho que también leí, releí, me sentí culpable y lloré), a ver con el segundo que tal lo llevo!!!
ResponderEliminarwww.charlottehome.es
Hola charlotte!! Es verdad que tienes que creer en ti misma y dejar las inseguridades a un lado. Y también que hay que disfrutar de cada etapa, que luego no vuelve, aunque a veces solo tengas ganas de gritar, jajaja!!!Supongo que con el segundo la experiencia facilita todo. Esperas otro bebé? Felicidades y gracias por pasarte por aquí.
ResponderEliminarUn post súper completo, y con el que casi todas las que hemos sido madres nos podemos identificar. En mi caso, los post partos han sido los dos muy diferentes, disfrute mucho más con el segundo supongo que por la experiencia y la tranquilidad que da saber que todos los pro el millas se superan, que el llanto tarde o temprano termina, que siempre acaban por comer, que se duermen...que es todo cuestión de que vayan madurando y creciendo. Ahora bien, la emoción de los preparativos de la madre primeriza no es comparable. Un besote.
ResponderEliminarCoincido totalmente contigo. Aún no puedo comparar, pero ya con el embarazo me doy cuenta de que es distinto, lo estoy disfrutando más, estoy más tranquila, con el primero estaba mucho más tensa, de hecho a estas alturas me encontraba peor que ahora. Supongo que con el post parto será parecido, la experiencia es un grado ;) espero no agobiarme tanto! Y es verdad que como la emoción de la mami primeriza...nada!!! Besos.
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