Hace algún tiempo escribí sobre mis reivindicaciones para las mamás de "útero azul". En este post quiero centrarme en un tema al que ya aludí en su día pero que merece especial atención: la suegra.
Me da mucha pena el "suegrismo", o lo que es lo mismo, el archiconocido estereotipo de la suegra, que aún hoy sigue marcando las pautas de la relación suegras-nuera en muchas familias, porque efectivamente,la palabra "suegra" suele referirse generalmente a la de la nuera. Sólo eres suegra si tienes hijos ( terminados en "o").
No es mi intención juzgar las actitudes de determinadas suegras, pero si me gustaría separar a la persona de la connotación negativa de su condición de suegra.
Pretendemos avanzar, y sin embargo, seguimos secundando estereotipos derivados de la misma sociedad que queremos cambiar. El origen de esta manifiesta animadversión entre suegra y nuera no es sino la diligencia en las tareas domésticas, cuando la mujer se quedaba en casa cuidando de sus hijos y su marido, sometida en muchos casos a la aprobación de su familia política.
Ante este panorama, y en lo que a mi me atañe, ¿qué cabe esperar a las madres de hijos varones? si llega a darse el caso el mensaje está claro: vamos a ser abuelas de segunda, lo que predispone irremediablemente nuestra actitud frente a una persona que aún no conocemos pero que lleva el nombre de "nuera" ( y ya puestas, "posible roba hijos y nietos"). ¿Qué se espera del hombre? que abandone el nido, sea el cabeza de familia y se deje influenciar lo menos posible por su familia política, (esta última una de las mayores virtudes que valoran las mujeres). En cambio, no se cuestiona que la mujer se ocupe también de sus padres, de hecho lo esperable es que "cuando se casa una hija, se gane un hijo". ¿Igualdad? Lo más lamentable de todo es que estas actitudes tan retrógradas se camuflan sibilinamente en nuestro día a día. Sin ir más lejos, en el universo rosa de Peppa Pig los abuelos paternos no existen. No es casualidad, si prestáis atención identificaréis muchos ejemplos como éstos.
Y si no lo veis como yo, lo mismo es que se me acaba de activar el "gen de la malasuegra", ese que se conecta en el mismo instante en que se corta el cordón umbilical y expulsas la placenta, convirtiéndote en la madre de un futuro hombre y en la peor pesadilla de su futura mujer.
Eduquemos en la igualdad de verdad.
Valentina ♥
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